Cuidados de Phalaenopsis

Muchos nos preguntáis sobre cómo cuidar vuestras Orquídeas. Tienen fama de ser muy delicadas y difíciles de cuidar pero… ¡No es cierto! Phalaenopsis, Cymbidium, Vanda, Dendrobium, que son las más comercializadas, son plantas bastante fáciles de cultivar en casa.

Aquí nos vamos a centrar en los cuidados de Phalaenopsis, que hoy por hoy es la Orquídea más popular, pero la mayoría de estas indicaciones sirven también para el resto de Orquídeas epifitas. Son epifitas aquellas plantas que crecen sobre otras plantas pero sólo usándolas como soporte, no parasitan. Phalaenopsis es una Orquídea epifita, y en la naturaleza crece sobre las ramas de los árboles. Estar situada a esta altura, le proporciona abundante luz, pero siempre tamizada por el follaje del árbol. Sus raíces por tanto son aéreas, esto significa que crecen al aire sujetándose a la corteza de las ramas, y al musgo que crece sobre ellas. Las raíces tienen clorofila, y si reciben luz realizan la fotosíntesis. Las Phalaenopsis proceden de las zonas húmedas de Asia y Oceanía, donde la humedad ambiental es muy alta, y las precipitaciones son muy frecuentes. Y ahora que ya os hemos presentado, vamos con unas sencillas pautas para cultivarlas en casa.

Planta de Phalaenopsis blanca.

LUZ

Phalaenopsis agradece un lugar muy luminoso. La luz abundante es fundamental para conseguir buenas floraciones. Sin embargo, debemos protegerla del sol directo, o podrían quemarse sus hojas. Normalmente un visillo que tamice el sol es suficiente. Aunque en verano es posible que debamos cambiarla de lugar o protegerla con una cortina o persiana de los rayos más fuertes del mediodía.

TEMPERATURA

El rango de temperatura que soportan está entre 15º de mínima y 35º de máxima. Aunque lo ideal son 20º-24º por el día y unos 18º por la noche. En casa normalmente las temperaturas nunca bajarán de los 15º, por lo tanto es raro que Phalaenopsis pase frío en interior. Aún así, si está muy cerca de la ventana en invierno, la temperatura allí puede descender respecto a la del interior. Si es así basta con alejarla un poco del cristal. La máxima tampoco suele pasar de 35º, pero en días muy calurosos se puede alejar de la ventana soleada para que no pase calor.

RIEGO

Ejemplo de maceta de Phalaenopsis con las raíces blancas.

Ejemplo de maceta de Phalaenopsis con las raíces verdes.

Este es verdaderamente el punto más crítico de los cuidados de Phalaenopsis. A las Orquídeas en general les gusta tener buena humedad ambiental, pero no toleran el exceso de agua en las raíces. Las Phalaenopsis normalmente se comercializan en macetas de plástico transparente y plantadas en un sustrato a base de corteza. El sustrato a base de corteza impide la acumulación de agua en el interior, ya que apenas absorbe humedad. Por eso el riego debe realizarse por inmersión. La maceta transparente permite que las raíces del perímetro reciban luz, y este será el indicador para regar: mientras las raíces estén de color verde están hidratadas y no es necesario regar. Según van perdiendo humedad van quedándose blanquecinas (como las que tienen al aire por fuera de la maceta). Cuando todas las raíces visibles estén blanquecinas es el momento de regar. Si aún se ve condensación en las paredes de la maceta es mejor esperar un par de días más. Entonces sumergimos la maceta en un recipiente con agua, siempre sin mojar el nacimiento de las hojas, durante 5-15 minutos. Cuando veamos que las raíces vuelven a estar de color verde la sacamos. Es importante escurrir muy bien el agua, que nunca le quede agua estancada en el fondo. Siempre es recomendable usar agua de lluvia para regar, pero si tenemos que usar agua del grifo será suficiente con dejarla reposar 24h y así perderá gran parte el cloro. Si el agua de tu zona contiene mucha cal es preferible pasarla por un filtro antical o usar agua mineral, agua destilada, etc.

ABONO

Si queremos tener buenas floraciones es recomendable ayudar a nuestras Phalaenopsis con fertilizante, ya que el sustrato a base de corteza no le aporta muchos nutrientes. Siempre se debe usar un fertilizante específico para Orquídeas, que tienen una concentración de nutrientes más baja y por tanto más adecuada para ellas. Se puede empezar a aportar fertilizantes a finales del invierno o principios de la primavera. La frecuencia apropiada sería de un riego con fertilizante y dos sin él. Durante el verano se puede espaciar más y dar un riego con fertilizante y tres sin él, ya que los riegos serán más frecuentes debido al calor. A final del verano podemos recuperar la misma frecuencia de la primavera y continuar así todo el otoño. Al final del otoño es preferible suspender las fertilizaciones y dejar que descanse durante el invierno.

HUMEDAD

Ya hemos dicho que en general las Orquídeas habitan lugares con alta humedad ambiental. Desgraciadamente en nuestras casas, si no vives junto al mar, la humedad ambiental suele ser muy baja, en invierno por las calefacciones, en verano por el calor. Phalaenopsis es bastante tolerante con la sequedad ambiental pero debemos tener cuidado. No es recomendable colocarla cerca de la calefacción. Si tenemos la posibilidad de hacerlo, agradece las pulverizaciones frecuentes pero, hay que tener cuidado de que nunca se acumule agua en el nacimiento de las hojas ya que podría iniciarse la pudricón de éstas. Si ocurriera, hay que secarlo lo antes posible con un papel de cocina o similar. Si no podemos pulverizar frecuentemente la alternativa más cómoda es colocar la planta sobre un plato con piedras y poner agua en él sin que toque la maceta. La evaporación constante del agua del plato mejorará la humedad ambiental. También podemos simplemente colocar al lado de la maceta un recipiente con agua (un vaso, por ejemplo).

FLORACIÓN

La floración es uno de los momentos más delicados para cualquier planta, así que debemos estar atentos para que la floración se desarrolle en todo su esplendor. Phalaenopsis puede florecer dos veces al año, en primavera y en otoño, si se encuentra en buenas condiciones. Lo que le estimula principalmente para florecer es la diferencia de temperatura entre el día y la noche. Esta diferencia ocurre de forma natural en primavera y otoño. La planta comenzará a emitir varas florales a finales del invierno o a finales del verano, que debemos entutorar para que no se doblen o se partan con su peso. Debe hacerse cuando aún son jóvenes y flexibles, ya que si tratamos de dirigirlas cuando ya se han endurecido es muy probable que se partan. Cuando las varas estén desarrolladas aparecerán los botones florales. Durante todo este proceso es muy importante que controlemos los riegos y que no esté expuesta a corrientes de aire. Las flores se abren muy lentamente y pueden durar varios meses sobre las varas. Si ocurre una caída brusca de botones florales puede deberse a múltiples factores: caída brusca de la temperatura, corrientes de aire, falta de riego, excesiva sequedad ambiental, falta de luz o incluso presencia de etileno. Las flores marchitas y las frutas maduras despiden etileno, y este puede provocar la caída de las flores e incluso de los botones florales de Phalaenopsis. De modo que durante la floración es recomendable no tener frutas en la misma habitación. Cuando se hayan caído todas las flores la planta puede conservar las varas o comenzar a secarlas por el extremo. Nos interesa que conserve todas las varas posibles, ya que esto hará que la siguiente floración se desarrolle más rápido. Si vemos que la vara empieza a secarse debemos contar desde abajo unos cuatro nudos aproximadamente (depende del tamaño de la vara) y cortarla por encima del nudo. Normalmente al hacer esto la vara no se secará más, y en la siguiente floración esta vara volverá a brotar y tendremos flores más rápido. Si aún habiendo cortado la vara vemos que sigue secándose, no pasa nada. Dejaremos que se seque por completo y entonces la cortaremos lo más abajo posible. En la siguiente floración la planta emitirá varas nuevas.

TRANSPLANTE

En realidad Phalaenopsis no necesitará un trasplante por falta de espacio en muchos años, ya que sus raíces no toman apenas nada del sustrato y por tanto no es tan necesaria su renovación como en otras plantas. Lo que ocurre es que algunas de las nuevas raíces crecerán por fuera de la maceta, buscando un lugar al que sujetarse, ya que esa es su función natural. Pasado el tiempo, cuando tenga gran cantidad de raíces por fuera de la maceta convendrá trasplantarla ya que esas raíces pierden humedad muy rápidamente. En la mayoría de los casos no será necesaria una maceta mayor. Normalmente bastará con sacarla y recoger de nuevo las raíces en el interior de la maceta. A veces ocurrirá que, por la gran cantidad de raíces nuevas, en la maceta no haya espacio suficiente. En estos casos habrá que cambiarla a una maceta mayor, pero con el tamaño mínimo indispensable, porque si es demasiado grande corremos el riesgo de que la humedad en el interior dure demasiado tiempo y proliferen los hongos y las podredumbres. En la operación de trasplante hay que tratar de no romper las raíces, que son bastante quebradizas. También es recomendable realizar la operación con el sustrato seco (raíces blancas), y al final del invierno, justo antes de que despierte la planta. Una vez trasplantada, esperaremos unos días antes de dar el primer riego para que las posibles heridas causadas en las raíces se hayan secado.

Ahora que conocéis mejor a Phalaenopsis, seguro que podréis cultivarla en casa y disfrutar de espectaculares y duraderas floraciones!

Ababoles

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