La Flor de Pascua (III)

Cesta de Poinsettias.

Cesta de Poinsettias.

En los artículos anteriores os hemos explicado los cuidados básicos de la Flor de Pascua. Pero, ¿qué pasa después de la floración?

PODA

Si queremos conservar nuestra Flor de Pascua una vez terminada la floración será conveniente podarla. Con los tallos ya desnudos de hojas, tendremos que recortarlos aproximadamente a la mitad. De este modo conseguiremos que la planta se mantenga más compacta. Además, servirá para rejuvenecer la planta y que crezca más vigorosa. Al podarla debemos tener cuidado con el látex que exuda en los cortes. Este látex blanco es tóxico e irritante. Si lo tocamos, después debemos lavarnos bien las manos, y evitar que nos toque los ojos, la boca, o cualquier mucosa. Cuando se pellizcan o dañan las hojas, la salida de este látex suele dejar marcas y manchas. Por eso, si cortamos una hoja, o vemos el látex salir por una herida, será recomendable secarlo con un papel hasta que deje de fluir. La forma correcta de realizar los cortes será cortando 1cm aproximadamente por encima del nudo. Trataremos de realizar cortes limpios con una tijera bien afilada y previamente desinfectada (con un algodón mojado en alcohol, por ejemplo). También podemos eliminar ramas completas si nuestra planta está muy ramificada. Deberemos escoger los tallos de aspecto más saludable y que crezcan en la dirección correcta (hacia fuera y hacia arriba), y los tallos más débiles o mal situados (crecimiento hacia el interior o hacia abajo) podemos eliminarlos completamente.

TRASPLANTE

Una vez hemos podado nuestra Poinsettia, será el momento perfecto para trasplantarla. La planta se encontrará en reposo hasta el comienzo de la primavera, por tanto este será el momento menos traumático para hacerlo. Podemos aumentar unos centímetros el tamaño de la maceta, pero no recomendamos pasar a un tamaño mucho mayor, ya que el sustrato podría permanecer mojado demasiado tiempo y se pudrirían las raíces. El aumento de maceta debe ser siempre progresivo. Podemos utilizar un sustrato universal para plantas de interior. Si el nuevo sustrato está muy seco será conveniente humedecerlo previamente. Debemos tratar de extraer el cepellón de la maceta de una pieza, es decir, las raíces y la tierra pegada a ellas en un sólo bloque sin romperlo. Después ahuecaremos un poco el perímetro del cepellón con cuidado de no romper las raíces. De este modo facilitamos el crecimiento de las raíces en el sustrato nuevo. Colocaremos la cantidad de tierra suficiente en el fondo de la nueva maceta para que la superficie del cepellón quede al nivel adecuado. Ni enterrada, ni sobresaliendo del nuevo sustrato. Luego tendremos que rellenar el perímetro con cuidado de no dejar huecos. No conviene compactar demasiado la tierra, o dificultaremos la circulación de agua además del crecimiento de las nuevas raíces. Una vez hecho esto debemos dar un riego abundante y generoso para que la tierra se asiente. Debemos dejar que salga el agua por los agujeros del fondo de la maceta, y dejar el agua en el fondo durante un rato para asegurarnos de que la tierra se empape completamente. Cuando estemos seguros de que el sustrato está completamente mojado retiraremos el agua sobrante y nuestra Poinsettia estará lista.

Ejemplar de Poinsettia

Ejemplar de Poinsettia

Y AHORA, ¿QUÉ?

Ahora debemos tener paciencia y esperar la llegada de la primavera. Mientras la Flor de Pascua continúe en reposo tendremos que moderar el riego. La planta prácticamente no tiene actividad, por tanto sus necesidades de agua son mínimas. Debemos dejar que el sustrato se seque entre riego y riego, y no dar riegos abundantes. Será suficiente con humedecer un poco la tierra. Con la llegada de la primavera veremos aparecer los primeros brotes. Debemos proporcionar a nuestra Poinsettia toda la luz posible, incluso algo de sol suave. Reanudaremos los riegos y las fertilizaciones. Dejaremos que el sustrato empiece a secarse entre riego y riego, pero aplicaremos riegos más generosos. Cuando ya no haya riesgo de heladas nocturnas y el clima sea benigno podremos ubicarla en el exterior protegiéndola del sol más fuerte del mediodía y del verano. Veremos cómo nuestra Flor de Pascua emite nuevos tallos y se cubre de hojas, ahora de color verde. Hacia el final del verano podemos pasarla al interior para evitar que pase frío por la noche. Una vez en interior, podemos prepararnos para proporcionarle las horas de oscuridad necesarias para provocar la floración. En zonas de clima suave y sin heladas podrá permanecer en exterior todo el año. Si se planta en el jardín se convertirá en un arbusto de cierto tamaño, o en un arbolito pequeño. Podremos conseguir uno u otro porte realizando podas en años sucesivos.

CONSEJOS AL ADQUIRIR UNA FLOR DE PASCUA

Por último, queremos daros algunos consejos a la hora de adquirir estas preciosas plantas para evitar decepciones y disgustos. Normalmente adquirimos la Flor de Pascua en fechas muy próximas a la Navidad. Los ejemplares que se comercializan suelen estar ya florecidos y con las brácteas coloreadas. Esto implica que la planta va a sufrir el cambio de lugar y la consecuente adaptación a nuestras casas en plena floración. Ya os explicamos que la floración es un momento delicado para cualquier planta, por tanto nuestra Flor de Pascua será más sensible a los cambios en este momento. Para prevenir que nuestra planta recién adquirida se estropee debemos tener la precaución de transportarla protegida del frío. Si viene enfundada en plástico debemos retirarlo en cuanto lleguemos a casa. Estas fundas sirven para protegerlas de los roces en el transporte pero impiden una correcta ventilación de las hojas y aparecerán los hongos en poco tiempo. Cuanto mayor sea el tamaño del ejemplar más garantías de adaptación y supervivencia tendremos. Los ejemplares más pequeños son muy jóvenes y por tanto más débiles y sensibles. Esto no significa que no vayan a durar, pero las probabilidades de que no sobreviva a la adaptación en nuestro hogar son más altas. Sea cual sea el tamaño de la Poinsettia que elijamos, es fundamental que esté sana. Si tienen una funda de plástico será conveniente pedir que la retiren para comprobar el estado de la planta, ya que si el plástico lleva puesto demasiado tiempo podrían haber aparecido hongos. Es prácticamente inevitable que alguna hoja esté rota, partida, rozada o dañada, pero si vemos las hojas con aspecto acuoso y se deshacen al tocarlas significa que se están pudriendo y es muy probable que esa planta esté afectada por enfermedades. Los tallos de la Flor de Pascua son bastante quebradizos. Los ejemplares de cierto tamaño tienen a veces una rejilla a modo de tutor para prevenir roturas. En cualquier caso, debemos fijarnos en que los tallos tengan un aspecto saludable, que no presenten zonas negras o acuosas, y sobre todo, que no estén partidos. Cuanto más sano y vigoroso sea el ejemplar que llevamos a casa, más fácil será que se adapte y sobreviva en nuestro hogar. Ante todo os recomendamos adquirir estas bellas plantas en establecimientos dedicados a la comercialización de plantas, como son floristerías y viveros, y que os dejéis aconsejar por los profesionales que allí trabajan. Esto os proporcionará más garantías que adquirirla en otros lugares sin las condiciones adecuadas ni personal especializado a su cuidado.

Y con esto hemos concluído los consejos sobre el cultivo de la Euphorbia Pulcherrima. Confiamos en que a partir de ahora sepáis cómo cultivarla en casa y conservarla de una Navidad a la siguiente. Y, sobre todo, esperamos que llene de calidez vuestros hogares con su espléndida floración durante las fechas navideñas. ¡Felices Fiestas!

Ababoles

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